lunes, 21 de marzo de 2016

Viajar con niños: Alquezar


Este pretende ser el primer artículo de varios en el que os contamos nuestra experiencia viajando con nuestro canijo, Gael, que espero os sirva de referencia en el futuro si queréis viajar con vuestros peques.

En esta entrada hablaremos de Alquezar. En primer lugar, destacar que no fuimos en “temporada alta”. Según nos informamos, para ir a Alquezar lo mejor es ir en primavera, que es cuando el río Vero está en su plenitud. La ruta que contaremos nos pareció preciosa, en primavera debe ser espectacular.

En primer lugar, contaros que lo primero que tenéis que hacer es reservar el restaurante. Ya sea antes de ir, o nada más llegar. El pueblo está muy bien preparado para los visitantes, antes de entrar te desvía para que no llegues al centro con el pueblo y te manda a una zona en la que hay mucho aparcamiento dispuesto en diferentes zonas.
Una vez aparcado el coche, se va bajando hasta llegar a la zona en la que hay 2 o 3 restaurantes juntos. Ahí se notó que fuimos en Febrero, porque varios estaban cerrados. Comimos en “La Marmita”, del que luego hablaré.

Una vez tomado el café, nos dirigimos hacia la ruta. Elegimos la ruta de las pasarelas, ya que leímos que era la adecuada para niños y además era la más corta. Decir que íbamos con niños que iban desde el año y 4 meses que tenía Gael y los 8 que tenían las mayores.

Sobre la ruta, decir que efectivamente no es dura, en tiempo más soleado puede ser un poco acalorada ya que pasas por zonas sin mucha sombra, y que, desde luego, las vistas son espectaculares. Ahora bien, realmente no está muy acondicionada si vas con niños de 2 años o menos. Si van andando, hay bastantes tramos que hay que ayudarles por los saltos a realizar, y si los llevas encima con mochila, a los saltos que tienes que realizar con ellos encima, hay que añadir que alguna pasarela que está tan cerca de la roca que… Bueno, mejor pongo la foto de un amigo y su pequeño Alejandro y lo veis vosotros mismos.


Una vez terminada la ruta, llegó la hora de comer. El restaurante tiene una carta variada y aparentemente muy rica, ya que casi todo es a la brasa. El problema es la velocidad del servicio. Fueron muy lentos para servir tanto el primero como el segundo plato. Eso si, la comida, en general, estupenda. A destacar el fideua, del que pude hacer foto antes de que se lo zamparan:

Tras la comida, ya con el trabajo hecho, fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Vimos los “espantabrujas” en los dinteles de alguna puerta, aunque no tengo claro que funcionaran;

Probamos el dulce típico de Alquezar, el dobladillo. De todas sus versiones probamos el de tres chocolates… delicioso, si no que se lo digan a Gael:


Recomendación: comprarlo en una panadería pequeñita que hace esquina, que tiene eso y poco más. Luego probamos de otro sitio y no estaban tan buenos…

Se nos quedó pendiente visitar la colegiata, ya que llegamos cuando estaba ya cerrada. Para la próxima.

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