martes, 6 de febrero de 2018

Reseña de Juego: Lobos de Castronegro



Hoy inauguramos etiqueta, la de Juegos de Mesa. Con esta sección intentaremos acercar aquellos juegos de mesa menos frikis a los que jugamos, aquellos que son (casi) para todos los públicos.

Comenzamos con uno de los juegos más simples y a la vez más divertidos que conocemos: Los Lobos de Castronegro. Antes de meternos en harina, decir que de este juego hay varias versiones, con diferentes tamaños de cartas y personajes, pero la mecánica es común para todos.

Este juego es una evolución de aquel clásico "asesino" que jugábamos en la toalla los días de verano en la piscina municipal. En este caso, en lugar de asesino, hay lobos, que se comen todas las noches a un pobre aldeano indefenso (o en ocasiones, no tanto).

El juego consta de dos fases, la noche, en la que los lobos se comen a un aldeano, y el día, en el que los aldeanos, por votación popular, linchan al que ellos creen que es el lobo oculto. Porque sí, los lobos están ocultos en una pequeña aldea en las que todos pensamos que somos simples aldeanos.

El juego se adereza con varios personajes especiales para los aldeanos: La vidente, la bruja, el cazador... Para que la partida no sea simplemente comer y linchar.

Es un juego ideal para grandes reuniones de amigos. Se explica rápido y se juega rápido, y es para a partir de 8 jugadores. Además de estos 8, tiene que haber otro más, que sea el narrador, ya que es el que va dando paso a las distintas "subfases" de los personajes con poderes. Puedes pensar que el narrador se aburre... pero nada más lejos de la realidad.

El juego gana si lo acompañas de unos cuantos "pelotazos", pero no es obligatorio, aunque si recomendable.

¿Se puede jugar con niños? Si. El propio juego recomienda a partir de 10 años pero lo hemos probado con niños de hasta 6-7 años. Hay que hacer alguna simplificación e ir dejando claro a quien le toca cada vez, despacio para que se enteren, pero la verdad es que se lo pasan muy bien. Y además es curioso ver como interactúan y razonan de forma totalmente diferente a los mayores.


En resumen, juego recomendadísimo en esta época en la que, quien más y quien menos, pasamos un finde de casa rural con los amigos.